En el marco de la Cumbre Líderes por la Educación, Neil Boothby, director del programa ‘Fomentando Resiliencia’ de la Universidad de Notre Dame, explicó la importancia del aprendizaje emocional en la educación, sobre todo en los países que han sufrido algún tipo de conflicto armado.

Neil Boothby, quien ha realizado importantes trabajos en zonas de conflicto como Siria y Sudán del sur, explicó que el aprendizaje emocional es la base para mejorar los niveles de educación de los niños y jóvenes que han estado inmersos, de una forma u otra, en un conflicto armado.

El aprendizaje emocional no se centra solo en los componentes académicos o cognitivos, sino que le da una relevancia especial a las emociones y esto permite mejorar las interacciones del individuo con sus compañeros, profesores y con la comunidad.

En este sentido, el director  del programa Fomentando Resiliencia argumentó que, desde la perspectiva de la educación, es fundamental que los niños que han crecido en una realidad de conflicto armado, como el colombiano, en primera medida entiendan que esta situación no es normal y así empezar a construir nuevas relaciones de confianza.

Los profesores son una pieza clave en esta tarea ya que, además de  pasar una gran cantidad de tiempo con los niños , generalmente se convierten en un referente y, por lo tanto, son los encargados de construir un ecosistema y un entorno estable para no normalizar la violencia y al mismo tiempo construir la confianza que se afectó por las situaciones propias del conflicto.

Alrededor del mundo ya se han visto casos en los que el aprendizaje emocional ha funcionado. En Sudán del Sur, por ejemplo, los niños soldados no confiaban en los adultos, pues habían sido reclutados y explotados por estos; no obstante, los profesores lograron volver a crear estos lazos por medio de este tipo de aprendizaje. “Los niños tuvieron que cambiar su mentalidad, asimilar, y adaptarse a una nueva realidad (…) y el papel de las escuelas fue fundamental para lograrlo”, afirmó Boothby.

Asimismo, resaltó los esfuerzos que están haciendo desde el Ministerio de Educación en Colombia por humanizar la educación, ya que en un periodo de posconflicto e incertidumbre como el que está atravesando el país, se debe cambiar de enfoque en el sistema educativo, pues -en su concepto- “el conflicto deshumaniza a la gente y erosiona la confianza”.

En su exposición Boothby también aseguró que  para recuperar la confianza y brindar una educación de calidad es fundamental que los niños mejoren sus condiciones de vida para lograr una verdadera resiliencia, pues factores como la nutrición y un entorno familiar estables son claves. “Los niños necesitan una buena nutrición y personas que los protejan y defiendan sus causas, pues si se nutren, se mejoran y se les cuida, se crea una sinergia. La influencia de las personas marca grandes diferencias”, afirmó.

El aprendizaje emocional ya ha sido suficientemente estudiado en el mundo, y no solo en países desarrollados. Para Boothby es importante aprender de casos similares como Haití y Colombia, donde se han puesto en marcha iniciativas muy exitosas.

‘Crece’ por ejemplo, es un programa que se aplica en el  departamento del Tolima y que utiliza el aprendizaje socio emocional dentro de un marco resolutivo del conflicto como principal herramienta. La filosofía de este programa  argumenta que entender el conflicto analizando la propia niñez de los docentes, evita actitudes y comportamientos autoritarios que pueden ser generadores de violencia.

Finalmente, el experto de la Universidad de Notre Dame indicó que en la estrategia debe crearse una alianza entre el Gobierno y la sociedad civil. Además, hizo algunas recomendaciones como: reconocer la importancia del  aprendizaje socioemocional en los resultados de aprendizaje, y sistematizar el aprendizaje socio emocional en la estructura de los sistemas educativos sin dejar de lado la cultura propia de cada país.

FUENTE: SEMANA.COM